Con las mismas fuerza, ganas y alegría que lo han caracterizado a lo largo de su carrera, Manu Chao se adueñó del público capitalino que lo aclamaba con gran exaltación, Bogotá fue testigo de un espectáculo enérgico, eufórico y de una Ventura enamorada de la tierra Colombiana, un amor que deberían sentir más los bogotanos que no tuvieron reparo en salir de un partido de fútbol, a destrozar una de las puertas del Royal Center.